El cierre parcial del gobierno de Estados Unidos ha provocado una crisis en la aviación del país, con miles de vuelos retrasados y cancelados debido a la escasez de controladores de tráfico aéreo. Según el monitor FlightAware, alrededor de 10.000 vuelos experimentaron demoras el lunes y martes pasados.
La Administración Federal de Aviación (FAA) ha advertido que la situación podría empeorar si continúa el ausentismo entre los controladores, quienes, a pesar de ser considerados empleados “esenciales”, están trabajando sin remuneración durante el cierre. El secretario de Transporte, Sean Duffy, señaló que ya se ha registrado un aumento en las llamadas por enfermedad entre el personal, lo que podría afectar la seguridad y eficiencia del sistema aéreo.
Los controladores aéreos, aunque esenciales, no están recibiendo salario durante el cierre, y un memorándum de la Casa Blanca indicó que no se garantiza su compensación retroactiva, lo que podría resultar en pérdidas económicas para muchos de ellos. Mientras tanto, los legisladores continúan sin llegar a un acuerdo para reabrir el gobierno, lo que mantiene la incertidumbre en el sector y afecta a millones de pasajeros.
La situación ha generado preocupación entre los viajeros y expertos en aviación, quienes temen que el prolongamiento del cierre pueda comprometer aún más la seguridad y eficiencia del sistema de transporte aéreo en Estados Unidos.

