Cada diciembre, la Basílica del Voto Nacional se convierte en el escenario de una de las tradiciones más impresionantes del país: el pesebre monumental más grande de Sudamérica. Con luces, sonidos, amaneceres y lluvias artificiales, esta obra transforma la historia del nacimiento de Jesús en una experiencia inmersiva que conecta a las familias con la fe, la esperanza y la magia de la Navidad.
Detrás de este espectáculo, seis artesanos liderados por Luis Alberca Torres dedican más de 70 días de trabajo para dar vida a más de mil setecientas figuras —de las cuales seiscientas cincuenta tienen movimiento— elaboradas con materiales como espuma de poliuretano y pigmentos que aportan realismo a cada detalle. Su dedicación convierte al pesebre en un recorrido sensorial que invita a revivir las etapas de la infancia de Jesús, desde la anunciación hasta la presentación en el templo.
El párroco Andrés Moreno destaca que este proyecto une a las familias ecuatorianas en torno a la alegría de compartir. La exposición puede visitarse todos los días de 9:30 a 18:00, con un aporte de tres dólares para adultos y 1,50 para niños y adultos mayores. Los fondos recaudados se destinan a la Fundación Padre Áreas y a las labores de restauración de la Basílica, haciendo de cada visita un acto de fe, cultura y solidaridad.
El pesebre más grande del mundo brilla en la Basílica Nacional. Luces, sonidos, amaneceres y lluvias artificiales envuelven cada escena invitando a los visitantes a caminar entre la historia de la navidad. pic.twitter.com/Krlq4fk7qq
— Udla Channel (@UdlaChannelEc) October 28, 2025

