Un informe respaldado por el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario, la Escuela Politécnica Nacional, la Universidad de Texas y la organización” Way To Development Corporation” reveló que la hormiga Pheidole Magacephala, considerada una de las más perjudiciales en el mundo, fue hallada en Ecuador. Este hallazgo forma parte de una investigación científica internacional que aborda 15 variedades de estos insectos invasores que han llegado al país para quedarse de manera permanente.
Además, el informe publicado en la revista Check List presentó una lista actualizada de 15 especies de hormigas que han sido introducidas en Ecuador. Esta lista se confeccionó mediante el análisis de ejemplares encontrados en colecciones biológicas, datos académicos y observaciones de ciudadanos.
El informe resaltó dos ejemplares de hormigas, una de ellas es la Cardiocondyla Mauritanica, cuyo descubrimiento es el primero que se registra en Suramérica. La otra especie es la Pheidole Magacephala, también conocida como hormiga leona, y se encuentra entre las perores invasoras en el mundo, ya que tienen la capacidad de desplazar la biodiversidad nativa, perjudicar los cultivos y diversas actividades humanas, además de poder transportar patógenos que causan enfermedades.
Hasta el momento, la existencia de estas hormigas invasoras en Ecuador ha pasado desapercibida, en parte porque la atención se ha centrado más en otros organismos exóticos, tanto animales como plantas. El estudio revela que muchos de los avistamientos se han localizado en zonas urbanas y en los límites de las reservas naturales y áreas protegidas del país.
Además, se ha documentado la presencia de hormigas exóticas en cinco reservas nacionales del país: el Parque Nacional Yasuní, Reserva de Vida Silvestre Cuyabeno, Reserva biológica Limoncocha, Bosque Protegido Cerro Blanco y Reserva Biológica Río Canande.
La Inabio menciona que “la introducción de hormigas exóticas en bosques nativos y áreas protegidas podría remplazar la fauna nativa a través de la depredación, hibridación y competencia, lo que podría derivar en cambios en los procesos de los ecosistemas, pérdida de biodiversidad y aumento de plagas”.