Hoy en el octavo episodio de Después de Clase nos acompañó en el estudio de UDLA Channel el periodista deportivo Alberto Astudillo, una de las voces más reconocidas del país en su campo. Durante la entrevista, compartió con nosotros su más reciente desafío: intentar alcanzar la cima del monte Everest. Con serenidad y claridad, relató los días de caminata, entrenamiento y altitud que marcaron esa travesía.
Hablamos de todo lo que enfrentó al momento de subir el Everest junto con los obstáculos y complicaciones del trayecto. Lo contó con pena, pero también con firmeza sobre querer hacerlo de nuevo. Para Alberto, más importante que alcanzar la cima es haber tenido el valor de intentarlo.
También compartió detalles sobre su conexión con la montaña, que empezó cuando tenía apenas ocho años, de la mano de su madre, en una caminata al Cotopaxi. Desde entonces, ha recorrido cumbres como el Antisana, el Cayambe, el Imbabura y el Aconcagua, entre otras.
En otro momento de la conversación, repasamos su pasión por el deporte, no solo desde la cobertura periodística, sino también como deportista. Ciclismo, fútbol y ahora el montañismo, han sido parte de su día a día, aunque, a pesar de que se proyectó como un futbolista acérrimo durante toda su vida, confesó que el camino lo llevó a encontrar pasión en otras disciplinas de las que también se enamoró.
Alberto Astudillo estudió Comunicación Social en la UTE y ha trabajado durante más de dos décadas en medios como Teleamazonas y radio La Única. A lo largo de su carrera, ha cubierto eventos deportivos nacionales e internacionales, y recordó con especial emoción la cobertura de Ecuador en la Copa Mundial de 2006, así como cuando cubrió la Copa San Francisco, siempre enfocándose en promover la importancia del fútbol femenino y visibilizar a los deportistas más pequeños.
Cerramos la entrevista preguntándole sobre el futuro. Nos dijo que quiere verse en el Everest y sabe que siempre estará vinculado a la montaña y al deporte. También dejó un mensaje para las nuevas generaciones de periodistas: trabajar con pasión y tener en cuenta que cuando las cosas no salen como uno quiere, “no hay un fracaso, sino un objetivo con nueva fecha”.
Alberto Astudillo no llegó a la cima del Everest, pero sí tocó muchas otras cimas; profesionales, personales, humanas, que lo convierten en un ejemplo de esfuerzo y autenticidad.
