jueves, junio 19, 2025
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Esto es lo que se conoce sobre la bomba “antibúnker” de Estados Unidos

Por Haley Britzky y Lou Robinson CNN — Mientras el presidente Donald Trump se muestra cada vez más receptivo a la idea de utilizar fuerzas militares estadounidenses para atacar instalaciones nucleares iraníes, funcionarios y expertos sugieren que la bomba “antibúnker” de 30.000 libras (unos 13.600 kilogramos) de Estados Unidos es el único armamento capaz de destruir la planta de enriquecimiento de combustible de Fordow, una instalación que se cree clave para el programa nuclear de Teherán. Se encuentra en una montaña y se extiende a gran profundidad bajo tierra.

La GBU-57A/B Massive Ordnance Penetrator (MOP), que aún no ha sido utilizada operativamente, está diseñada para “alcanzar y destruir las armas de destrucción masiva de nuestros adversarios ubicadas en instalaciones fuertemente protegidas”, según una hoja informativa de la Fuerza Aérea de EE.UU.

El arma es una bomba de 30.000 libras con 6.000 libras (2.721 kilogramos) de “explosivos de alta potencia”, dijo Masao Dahlgren, investigador del Proyecto de Defensa Antimisiles del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés).


Tiene una “carcasa realmente gruesa y dura”, explicó Dahlgren, para que los explosivos resistan el impacto del suelo y penetren hasta la profundidad para la cual fue diseñada.

“Está la carcasa, el explosivo y la espoleta: el explosivo debe ser lo suficientemente resistente como para no detonar sin estar activado, la carcasa debe ser lo bastante fuerte como para penetrar a esa profundidad e impactar con suficiente energía para llegar tan lejos. Y luego la espoleta debe ser lo suficientemente resistente como para sobrevivir a todo eso, y lo bastante inteligente como para saber cuándo explotar”, dijo Dahlgren. “Es un programa realmente complejo”.

El tamaño exacto de la planta de enriquecimiento de combustible de Fordow no está claro; CNN reportó que se estima que sus salas están entre 80 y 90 metros bajo tierra. Un centro de estudios con sede en el Reino Unido, el Royal United Services Institute, señaló en un informe reciente que puede que la MOP ni siquiera logre alcanzar Fordow, y dijo que “probablemente se necesiten múltiples impactos en el mismo punto para tener una buena probabilidad de penetrar la instalación”.

Fordow podría estar “al límite” de las capacidades de la MOP con solo una munición, afirmó Dahlgren.

Las pruebas de esta bomba comenzaron en 2004, en medio de una creciente preocupación por las armas de destrucción masiva, dijo Dahlgren. Uno de los factores que impulsaron su desarrollo, añadió, fueron los estudios que demostraron que bombardear la entrada de una instalación “no generaría suficiente presión de explosión como para destruir toda la instalación”.

“Parte de la necesidad de estos penetradores es precisamente que es difícil bombardear las entradas y salir bien”, dijo Dahlgren. “Puedes ralentizar temporalmente el progreso de un programa, pero no destruir completamente sus componentes de esa manera”.

En 2009, Boeing ganó el contrato para integrar el sistema de armas con aeronaves estadounidenses. El B-2 Spirit de la Fuerza Aérea —un bombardero pesado de múltiples funciones— es el único avión capaz de emplear esta bomba operativamente.

El B-2, fabricado por Northrop Grumman, es la “columna vertebral de la tecnología furtiva”, según la empresa. El avión opera desde la Base Aérea Whiteman, en Missouri, y fue presentado públicamente por primera vez en noviembre de 1988. Estados Unidos utilizó bombarderos B-2 en 2024 para atacar a los hutíes respaldados por Irán en Yemen, apuntando a depósitos subterráneos de armas.

El bombardero —tripulado por una pareja de pilotos— puede volar aproximadamente 6.000 millas náuticas (11.112 kilómetros) sin repostar, según la Fuerza Aérea. Sus capacidades “furtivas” le permiten “penetrar las defensas más sofisticadas de un enemigo y amenazar sus objetivos más valiosos y fuertemente defendidos”, indicó la Fuerza Aérea.

No está claro cuántas de estas municiones tiene Estados Unidos en su inventario; en 2009, Boeing entregó 20 a la Fuerza Aérea, cifra que se mantenía vigente hasta 2015. Dahlgren estimó que actualmente hay unas 30 municiones en el arsenal estadounidense.

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