Históricamente las angostas calles del Centro de Quito, sus plazas y barrios como San Roque, La Ronda, El Tejar, entre otros, esconden una realidad oscura de prostitución, narcotráfico, trata de personas y situación de calle. Cada callejón, esquina, puente, vereda y casa abandonada son la radiografía de la realidad de las personas que viven en la calle. Cuando se presta atención a los detalles, es fácil imaginar cómo sería pasar una noche en ese lugar. Dormir en el suelo, acurrucarse con otra persona para aguantar el frío, drogarse o alcoholizarse para borrar la realidad.