Con 87% de los votos contados, la coalición de Netanyahu está ganando, con las justas, los 65 escaños necesarios para tener la mayoría en el Knesset, que es el parlamento de Israel.
Likud, el partido del ex primer ministro israelí, es el de mayor representación con 32 escaños. El Partido Zionista Religioso, el partido aliado más polémico en la coalición, tiene 14 escaños.
El resto de los escaños se completan con Shas (11) y Judaísmo Unido de la Torá (8).
La polémica del Partido Zionista Religioso se da por su líder, Itamar Ben-Gvir, que tiene historial de haber pertenecido a Kach, un partido ultranacionalista que se basaba en una interpretación radical del judaísmo ortodoxo y que fue considerado por Israel, Estados Unidos, Canadá, Japón y la Unión Europea como una organización terrorista.
Netanyahu fue acusado por 3 casos de corrupción en 2019, lo que motivó a que en ese mismo año se tuvieron que celebrar elecciones legislativas en dos ocasiones. En la segunda, el Knesset se vio obligado a disolverse a sí mismo.
Desde ese momento, Netanyahu había perdido el apoyo de varios sectores de la derecha israelí (Yamina y Nueva Esperanza), pero que en estas elecciones logró recuperar, según el periódico israelí Haaretz.
La prensa del país judío ha demostrado su preocupación por temor a que la presencia de Netanyahu en el poder debilite aún más a la democracia israelí.
Benjamín Netanyahu es, hasta la fecha, el mandatario que más tiempo ha estado en el cargo de primer ministro, desde 2009 hasta 2021.
Actualmente, Yair Lapid es quien ejerce el cargo de primer ministro con Naftali Bennet como premier alterno.
