Con casi 40 mil seguidores en YouTube y alrededor de 136 mil oyentes mensuales en Spotify, Felipe Lizarzaburu se convierte en uno de los músicos más notables en Ecuador. Este artista de colores y experimentos nos visitó en Después de Clase para hablarnos sobre su repertorio artístico. La Máquina Camaleón es un grupo ecuatoriano de indie/rock creado en 2012 por Felipe. Él se convirtió en “El Camaleón” y líder de la banda. Los inicios del artista en el mundo musical se remontan a 2007, cuando Felipe formaba parte de una banda indie/rock llamado Totem.
Aunque Totem llegó a tener gran relevancia en la escena musical quiteña, fue un viaje a Argentina el que creó un punto de inflexión para Felipe y su manera de percibir y hacer música. Fito Páez, Luis Alberto Spinetta, Gustavo Cerati y Charly García fueron algunos de los artistas que brindaron la inspiración a este músico, a través de sus conciertos, para crear La Máquina Camaleón.
Con ecos de rock psicodélico y una notoria influencia de rock argentino, la banda empezó a sonar con fuerza a finales del 2014 gracias a su primer disco conceptual “Roja”. El disco fue grabado en una casa acondicionada para estudio de grabación en Guápulo. Las canciones de “Roja” mezclan filosofía, fantasía y las experiencias del autor manteniendo una sensación de fuerza y misterio a lo largo del disco. “Comencé por el rojo porque está vinculado a ideas como la sangre, la carne, lo erótico, pero, sobre todo, a la energía primordial del ser” declaró el artista en una entrevista para El Comercio.
En mayo de 2017 lanza su segundo disco “Amarilla”, donde mantiene el estilo fantasioso y mitológico, pero con un sonido más pulido y un estilo más sólido. Calificado por Felipe como un trabajo más mental que visceral, es con este proyecto que se presenta en el celebrado Lollapalooza de Argentina en el mismo año de su lanzamiento, y el año siguiente en el Estéreo Picnic de Colombia. Gracias a esto el artista alcanza una mayor exposición internacional de su trabajo musical. “Con este segundo disco la gente estaba emocionada, era una novedad. Fue con el que las estadísticas mostraron que tuve más oyentes en un día” declaró Felipe.
En 2020 nace “Azul”. Felipe asegura que todas sus creaciones han sido un proyecto colaborativo donde se mezclan las ideas e influencias de él y los músicos que lo acompañan (que cambian en cada disco). Sin embargo, azul termina convirtiéndose en un proyecto experimental que realizó estando totalmente solo debido a la pandemia. “Han habido más o menos 30 integrantes en La Máquina Camaleón. Tuve un cuarteto para roja y un quinteto para amarilla. Azul fue pandémico, lo cree componiendo en casa yo solo” afirma el camaleón.
Azul se presenta como una historia de ciencia ficción ecuatoriana, un futuro postapocalíptico en el que se desarrolla una historia de amor. Según explica el artista, al llegar el momento, el nivel del agua en el planeta subirá y cambiará la forma de los continentes. Esto provocará que las criaturas del mar se conviertan en la nueva especie dominante. En este escenario existe un protagonista que se embarca en un viaje submarino en busca del amor de su vida que pertenece a la comunidad acuática. Este disco mezcla varios estilos, entre ellos el rock, pop, trap y hip hop.
Su última producción discográfica conceptual se titula “Blanca”, ya disponible desde abril. Otra de las enseñanzas que tuvo Felipe en Argentina fue la magia de la meditación y los secretos del taoísmo. Es por esto que, como todos sus discos, “Blanca” habla sobre filosofía, la espiritualidad de las distintas culturas y el sol. Pero trata especialmente, sobre el amor en todas sus formas y fases. “Yo me inspiro de las cosas que me intrigan, como la meditación y el lado espiritual de las culturas, pero llevadas a cosas más cotidianas como el amor y los sueños” nos cuenta Felipe.
“Blanca” enfoca su género en el pop alternativo, dando entrada a una nueva etapa de experimentación donde el camaleón explora nuevos ritmos y sonidos, pero sin perder la esencia que lo caracteriza.