Los cortes de energía que comenzaron el viernes 27 de octubre han tenido un impacto significativo en la población, particularmente en los adultos mayores que dependen de dispositivos eléctricos para mantener su salud.
Una historia que ilustra este problema es la de Ismael Salazar, un psicólogo de 22 años que tiene una abuela de 93 años que necesita oxígeno según las indicaciones médicas. Los médicos del IESS determinaron que debido a su edad y antecedentes médicos, requería oxígeno constante en casa.
Salazar agradece que el IESS proporcione dos bombonas de oxígeno adicionales para casos de emergencia, lo que ha ayudado a su abuela a sobrellevar los cortes de energía hasta ahora. Sin embargo, la preocupación persiste, ya que si la duración de los apagones se extiende, la salud de estos adultos mayores podría verse gravemente afectada, especialmente para aquellos que solo dependen de dispositivos eléctricos sin tanques de oxígeno adicionales.
Esta preocupación se comparte en el asilo de ancianos “La Casa del Abuelito”, donde varios residentes dependen del oxígeno a tiempo completo o parcial. Los cortes de luz también han afectado la comunicación y el funcionamiento habitual del asilo, lo que resalta la necesidad de buscar soluciones para proteger la salud y el bienestar de esta población vulnerable si los cortes de luz continúan en los próximos meses.