Iker es un adolescente de 15 años diagnosticado con autismo, quien ha enfrentado numerosos desafíos sociales y emocionales a lo largo de su vida. Sus padres comparten cómo, desde muy pequeño, comenzaron a notar que su desarrollo no seguía el ritmo de otros niños de su edad. A los tres años y medio, finalmente obtuvieron un diagnóstico claro que les ayudó a entender su condición, aunque al principio se sentían perdidos ante el desconocimiento sobre el autismo.
La experiencia de Iker y su familia refleja la realidad de muchas en Ecuador, donde se estima que hay más de 4,000 estudiantes diagnosticados con autismo. A pesar del aumento en los diagnósticos correctos, aún persisten serias limitaciones en la información y recursos disponibles. Las psicólogas entrevistadas enfatizan que el proceso de diagnóstico comienza en casa y que es crucial un enfoque multidisciplinario para apoyar a los niños en el ámbito educativo.
Esta historia subraya la necesidad urgente de informar y capacitar a la sociedad sobre el autismo. Solo a través de la comprensión y la inclusión podemos crear un entorno donde Iker y otros niños con autismo sean aceptados y valorados tal como son, permitiéndoles crecer y desarrollarse plenamente en su entorno.
En #Ecuador, miles de familias que conviven con una persona autista enfrentan retos ante la falta de recursos y conocimiento sobre esta condición. La historia de #Iker nos recuerda la importancia de comprender y apoyar el a las personas con #autismo. pic.twitter.com/WXbewt3dPv
— Udla Channel (@UdlaChannelEc) October 29, 2024