La leucemia linfoblástica aguda es el tipo de cáncer más frecuente en niños y adolescentes menores de 15 años, representando entre el 75% y el 80% de todas las leucemias agudas. Con un tratamiento adecuado, el 85% al 90% de los casos pueden curarse . Sin embargo, la tasa de supervivencia general en Ecuador es preocupante, con solo el 20% de los niños superando la enfermedad, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Si bien, el enfoque principal ha sido la leucemia, desde hace seis años la fundación también atiende otros tipos de cáncer infantil. Muchos de los pacientes provienen de zonas rurales o de familias con difícil acceso a servicios médicos especializados.
Ecuador ha avanzado en la lucha contra el cáncer infantil mediante la Plataforma Global de Acceso a Medicamentos, una iniciativa liderada por la OPS/OMS y St. Jude Children’s Research Hospital que permite la entrega gratuita de medicamentos esenciales en hospitales como Baca Ortiz e Icaza Bustamante. Sin embargo, persisten desafíos importantes, como el abandono del tratamiento por más del 40% de los niños, debido a factores económicos y sociales.
El país también cuenta con organizaciones que ayudan en la lucha contra esta enfermedad desde hace varios años. La Fundación Por Una Vida es una de ellas. Lleva más de 35 años brindando apoyo integral a niños y niñas con cáncer en Ecuador, principalmente en la ciudad de Quito. Su labor nació del esfuerzo de un grupo de padres cuyos hijos fueron diagnosticados con leucemia y que, ante el alto costo y la complejidad del tratamiento, decidieron crear una red de apoyo. Desde entonces, la fundación ha atendido a 589 pacientes en distintas etapas del proceso.
Una de las historias que acoge la Fundación es la de Verónica Astudillo, una madre que enfrenta con valentía el diagnóstico de su hija, quien a los dos años fue diagnosticada con un tumor maligno en la vejiga. Desde entonces, su hija requiere medicación constante y el uso diario de pañales. Verónica cuenta que fue gracias a la doctora de su hija que pudo inscribirse en la fundación, donde ha recibido apoyo esencial: medicinas, insumos y acompañamiento continuo. “Estoy eternamente agradecida. Siempre están pendientes de cualquier cosa que necesiten nuestros niños”, afirma. Para familias como la suya, el respaldo de la fundación ha sido determinante, especialmente en la cobertura de medicamentos que deben ser adquiridos fuera del hospital.
Cristina Donoso, actual presidenta de la fundación, destaca que uno de los principales retos ha sido conseguir los recursos necesarios para sostener todas estas iniciativas. La organización se financia exclusivamente con donaciones privadas, tanto de empresas como de personas particulares. A través de un sistema de débito automático, los donantes pueden contribuir con aportes mensuales o trimestrales, lo que permite a la fundación mantener su compromiso con cientos de niños y niñas que luchan cada día por su vida.
