En estos especiales de nuestro programa “Café con Letras”, el poeta ecuatoriano Ramiro Oviedo compartió sus reflexiones sobre la lectura, la formación de lectores desde la infancia, y su experiencia en Francia impulsando la literatura latinoamericana. Oviedo participó como invitado especial en la Feria Internacional del Libro de Quito.
¿Se lee poesía en Ecuador?
Durante la entrevista, Oviedo expresó su preocupación por la falta de lectura, especialmente de poesía. Aunque reconoció los esfuerzos institucionales y editoriales por fomentar la lectura, señaló que muchas veces se quedan en lo superficial.
Para Oviedo, imponer la lectura en la adolescencia puede ser contraproducente. La clave está en familiarizar a los niños desde temprana edad con los libros, sin obligación. Compartió el ejemplo de su hijo de ocho años, quien lee por gusto propio, y recordó un caso similar con el nieto del pintor Nelson Román.
La experiencia en Francia
Ramiro Oviedo vivió en Francia desde 1987. Tras completar su doctorado en Literatura en la Universidad de Toulouse y ser reclutado por una universidad en Boulogne-sur-Mer, al norte del país, impulsó una serie de encuentros literarios que buscaban acercar la poesía hispanoamericana y francófona al público europeo.
Entre los invitados estuvieron Jorge Enrique Adoum, el traductor Claude Couffon y autores ecuatorianos como Alfredo Noriega y Edwin Madrid, quienes ya habían sido traducidos y publicados en Francia. Para Oviedo, estos espacios creaban vínculos entre los estudiantes, los autores y el proceso de traducción.
Del “boom” al vacío editorial
Sobre el fenómeno del boom latinoamericano, Oviedo lo definió como una mezcla de fenómeno literario y estrategia de marketing:
“Fue una moda impulsada por las editoriales. Después, América Latina desapareció del mapa. Los escritores del boom se evaporaron”.
En ese contexto, sus iniciativas en Francia buscaban dar visibilidad a nuevas voces que no encontraban espacios en sus países de origen.
Poesía conversacional y lenguaje cotidiano
Al abordar su trabajo reciente, especialmente el poemario Delirium, Oviedo explicó que si bien usa un tono cotidiano y accesible, hay una segunda capa más simbólica.
Afirmó que su estilo recupera el lenguaje del barrio y evita complicaciones metafóricas innecesarias. Esta línea —que comparte con otros poetas como Juan José Rodinás, Jorge Gómez, y autores emergentes como Juan Romero Vinuesa— propone una “desmitificación del lenguaje” y una poesía que se construye a sí misma.