El cosplay en Ecuador no es tan explorado y practicado como en otros países de Latinoamérica. Por lo que en el primer programa de Zona Friki de la temporada nos adentramos al mundo del cosplay. Además, descubrimos la experiencia de ser un cosplayer en Ecuador junto a Isa, una cosplayer ecuatoriana.
Uno de los trajes favoritos de Isa es Chongyun, personaje del videojuego de aventuras Genshin Impact. El traje está valorado en $150, mientras que la peluca cuesta entre $25 y $30. Isa también tiene más trajes y pelucas. “Perdí la cuenta la verdad. Creo que tengo unos 10”.
En Zona Friki, decidimos sacar el mundo del cosplay a la vida real con un experimento social. Isa estaba vestida del personaje Chongyun y recorrió la Universidad de las Américas. Respecto a la experiencia, la cosplayer comentó “Vas a tener que salirte de alguna forma a la sociedad. Entonces, esas miradas son normales de la mayoría de gente “.
El cosplay, es una subcultura friki, que es una comunidad que tiene gustos y curiosidad por algo poco común o no es tan convencional. El cosplay viene de la abreviatura costume play, que se traduce en juego de disfraces y fue creado por el escritor y director japonés Nabuyuki Takahashi en 1984. Pero, el cosplay no es solamente disfrazarse como un anime o superhéroe favorito, sino que es el arte de también interpretar e imitar los movimientos, gestos y voz del personaje que se lleva puesto.
Aunque el cosplay parezca que simplemente es disfrazarse, lo cierto es que tanto cosplayers y especialistas hablan que este arte tiene beneficios. Uno de los principales es que ayuda a desarrollar las habilidades manuales . Existen cosplayers que compran sus trajes y otros que deciden elaborarlos, bordarlos y decorarlos por sí mismos. Además, el portal online de psicólogos, Therapy Chat, menciona que ayuda a combatir la timidez, ya que la persona al vestirse de otro personaje tendrá que interactuar con personas desconocidas.
En Ecuador, el cosplay no es una industria tan desarrollada debido a que no hay información levantada. A diferencia de China, donde, según un informe de la firma de investigación China CRI, el mercado de disfraces y pelucas registró en 2019 ventas superiores a 24 mil millones de dólares.
