El país africano cedió el fuego por 24 horas después de que, al tercer día de enfrentamientos, el número de muertos subiera 100. Sin embargo, actualmente esa cifra habría subido a 270, según la OMS.
El alto a los enfrentamientos se aprobó en favor de “garantizar el paso seguro de los civiles y la evacuación de los heridos”, según el jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), Mohamed Hamdan Dagalo. Este paro se dio después de una conversación entre el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y Dagalo.
Hasta hoy, 18 de abril, la OMS había reportado más de 2 000 heridos por los enfrentamientos. También comunicó que los hospitales de la región sufren de escasez de personal médico y combustible para los generadores de los hospitales, de suma importancia por los cortes de agua y luz que sufre la zona.
Desde el sábado, Sudán se ha convertido en el campo de batalla entre las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y el Ejército de Sudán. Según declaró el jefe del ejército a CNN, las ofensivas de los últimos días protagonizadas por las RSF serían un intento de Golpe de Estado.
Sin embargo, el líder de las RSF, también conocido como Hemedeti, declaró a CNN que los ataques habrían empezado después de que el Ejército de Sudán rompiera el alto al fuego humanitario dado por la ONU.
Las RFS y el Ejército de Sudán trabajaron juntos para derrocar al expresidente Omar al-Bashir en 2019, e igualmente en el 2021 en el golpe militar que puso fin al acuerdo de poder compartido.