Según un estudio realizado por la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FCD), la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, el zoológico de San Louis de Estados Unidos, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad James Cook de Australia, las tortugas gigantes que habitan al oeste de la Isla de Santa Cruz, consumen desechos producidos por la actividad humana.
En el estudio se analizaron más de 5.500 muestras fecales en zonas donde estos animales entran en contacto con actividades humanas, y más de 1.000 muestras en zonas protegidas. Los resultados evidenciaron que, en las zonas cerca del área urbana se encontraron en total 590 objetos de desecho en los excrementos colectados, lo que equivale a 3,97 objetos por cada kilo de heces.
“Esto podría desencadenar numerosos efectos negativos sobre la salud de los animales, incluyendo lesiones, obstrucciones intestinales e incluso cambios hormonales debido a los componentes químicos que se encuentran en dichos materiales”, expresó la galapagueña Karina Ramón, autora principal de la investigación.
La isla de Santa Cruz es la más poblada de Galápagos, con aproximadamente 15.000 habitantes, y, a pesar de que desde el 2015 se expidieron regulaciones para la prohibición de la utilización de artículos de plástico de un solo uso como sorbetes y de fundas tipo camiseta, más del 86,3 % de los residuos encontrados en zonas de actividad humana eran plásticos. Otros materiales encontrados incluyen tela (8,4 %), metal (2 %), papel y cartón (1,7 %), materiales de construcción (0,5 %) y vidrio (0,3 %).
Las islas ecuatorianas, de frágil ecosistema, forman parte de la reserva de la biósfera y del Patrimonio Natural de la Humanidad. Esto evidencia un problema ambiental que persiste en zonas pobladas del archipiélago, que no solo podría afectar a poblaciones de especies en peligro crítico de extinción sino también a la salud de las personas que visitan y habitan en estos frágiles ecosistemas.