Sofía Benavides (CNN Español) — La reciente reunión de jefes de defensa de la OTAN estuvo influenciada por la inminente elección presidencial en EE.UU., con la preocupación de que el apoyo militar estadounidense a Ucrania podría disminuir en caso de que Donald Trump gane el próximo año. En la reunión, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, destacó que aunque el Congreso todavía muestra apoyo bipartidista hacia Ucrania, no se puede predecir el futuro. Mientras tanto, Europa se está preparando para asumir un papel más protagónico en la asistencia de seguridad a Ucrania, dado que los funcionarios de la OTAN creen que EE.UU. no continuará llevando la mayor parte de la carga en esta guerra.
El apoyo militar a Rusia también sigue creciendo. Según informes de inteligencia, Corea del Norte ha enviado más de 12,000 militares y dos millones de rondas de artillería a Rusia para fortalecer su capacidad en el conflicto, mientras que Irán y China también están intensificando su colaboración con Moscú. Esta alianza militar entre Rusia y sus socios internacionales ha complicado la situación para Ucrania, que sigue enfrentándose a una superioridad numérica y de recursos por parte de Rusia, especialmente de cara a los duros meses de invierno.
Uno de los mayores retos para la OTAN ha sido garantizar un flujo constante de asistencia militar a Ucrania. A pesar de los esfuerzos de EE.UU. por aumentar la producción nacional de armas y equipos, el desequilibrio sigue siendo evidente, ya que Rusia está produciendo tres millones de municiones al año, mientras que la OTAN apenas alcanza los dos millones. Esta diferencia ha generado preocupación entre los aliados, quienes reconocen la necesidad de aumentar la producción de armas en Europa para sostener la defensa ucraniana si EE.UU decide reducir su apoyo.
Finalmente, los aliados europeos también están trabajando en asegurar financiamiento a largo plazo para Ucrania, con un plan de la UE y el G7 que incluye un préstamo de $50 mil millones. Sin embargo, este plan enfrenta obstáculos, como el veto de Hungría a las sanciones sobre los activos rusos congelados. La administración Biden ha estado invirtiendo miles de millones en la industria de defensa de Ucrania para que el país pueda fabricar sus propias municiones y seguir siendo autosuficiente.