(CNN) — Las acciones de Nissan Motor se desplomaron un 6% en la bolsa de Tokio después de que la compañía anunciara un recorte de 9.000 empleos y la reducción de una quinta parte de su capacidad de producción. Esta medida forma parte de un plan de reestructuración para enfrentar la caída en las ventas, especialmente en mercados clave como China y Estados Unidos. Con esta reestructuración, Nissan busca reducir sus costos en 400.000 millones de yenes (2.610 millones de dólares) en el ejercicio fiscal que finaliza en marzo.
El fabricante japonés ha enfrentado retos en China, donde la competencia con marcas locales como BYD, que dominan con vehículos eléctricos y modelos híbridos avanzados, ha dificultado su crecimiento. Asimismo, en Estados Unidos, Nissan no cuenta con una gama de híbridos suficiente para satisfacer la creciente demanda de este tipo de vehículos, lo que ha afectado sus ventas. El director general Makoto Uchida reconoció que la empresa no anticipó la popularidad de los híbridos en el mercado estadounidense.
La situación de Nissan es parte de un intento prolongado de estabilizar su negocio tras la destitución de su ex presidente Carlos Ghosn en 2018 y el debilitamiento de su alianza con Renault. A pesar de que en marzo pasado Nissan presentó un ambicioso plan a mediano plazo con la meta de lanzar 30 nuevos modelos y mejorar su rentabilidad, analistas como Seiji Sugiura cuestionan la efectividad de la estrategia, señalando que la empresa se ha enfocado excesivamente en los vehículos eléctricos y motores convencionales, descuidando los híbridos, que ahora son altamente demandados en algunos de sus principales mercados.