Ciudad del Vaticano (CNN) – El papa Francisco falleció el lunes 21 de abril a los 88 años, tras una vida marcada no solo por su liderazgo transformador en la Iglesia, sino también por una lucha constante contra diversos problemas de salud.
Desde joven, Jorge Mario Bergoglio enfrentó dificultades físicas. A los 21 años, le extirparon el lóbulo superior del pulmón debido a una grave neumonía, una condición que afectaría su capacidad respiratoria por el resto de su vida.
Durante su papado, Francisco convivió con múltiples afecciones. En 2021 fue sometido a una cirugía por diverticulitis, lo que implicó la extirpación de parte del colon. En 2023, enfrentó otra intervención importante: una operación abdominal por una hernia incisional lacerada.
El último año de vida fue particularmente crítico. En febrero de 2025, el papa fue hospitalizado por una infección respiratoria que derivó en neumonía. Durante su estancia, sufrió una crisis respiratoria tras un broncoespasmo. Aunque fue dado de alta el 23 de marzo, continuó con dificultades para hablar y respirar, y necesitó fisioterapia para recuperar parcialmente la voz, además de asistencia de oxígeno a través de una cánula nasal.
En sus últimos años, Francisco también enfrentó dolores crónicos, especialmente en la rodilla derecha, que lo llevaron a usar bastón y, en ocasiones, silla de ruedas. Estos dolores lo obligaron a cancelar y reprogramar viajes internacionales, como su visita a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur en 2023, que finalmente se concretó en febrero.
Además de estas condiciones, se sometió a una cirugía ocular en 2019 para tratar cataratas y padecía de dolor ciático crónico, lo cual afectaba su movilidad y agenda pública.
En diciembre de 2022, en una entrevista con el medio español ABC, Francisco reveló que había firmado una carta de renuncia preventiva. “Si sufriera una discapacidad por razones médicas o lo que sea, aquí está mi renuncia”, declaró. La carta fue entregada al entonces secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone.
Esta previsión lo alineó con otros pontífices como Pablo VI y Pío XII, quienes también redactaron cartas de renuncia en caso de incapacidad. Sin embargo, Francisco eligió no utilizarla, manteniéndose en funciones hasta el final, a diferencia de su predecesor Benedicto XVI, quien renunció en 2013, marcando un hito en la historia moderna del Vaticano.
El legado de Francisco también será recordado por su tenacidad física: enfrentó cada dolencia sin apartarse de su deber espiritual, sosteniendo el timón de la Iglesia incluso en los momentos más difíciles de su salud.
Con información de CNN