En los últimos años, los puestos de comida callejera enfrentan desafíos económicos debido a diversos factores. La economía como tal, experimenta fluctuaciones y dificultades, lo que afecta el poder adquisitivo de los consumidores. Esto lleva a una disminución en el gasto discrecional y a la búsqueda de opciones de comida más económicas.
Los cocineros montan sus carpas con mesas y sillas para esperar a los comensales nocturnos. Entre las 8:00 de la noche y las 2:00 de la mañana, las luces se empiezan a apagar y las calles lucen desoladas. Entre la oscuridad del ambiente, una luz acompañada de una humareda y música atraen a las personas que rondan por el sector.
En el sur de #Quito, los puestos de comidas nocturnos se han arraigado como una tradición culinaria indiscutible. En nuestro recorrido por estos lugares mágicos, nos sumergimos en un torbellino de sabores, olores y relatos que nos dejaron maravillados.(1/3) pic.twitter.com/WANaeYWb7z
— Udla Channel (@UdlaChannelEc) June 20, 2023