Por Diego Palacios
Quisiera iniciar esta carta con un profundo agradecimiento y admiración por lo que hicieron en los últimos Juegos Olímpicos de París 2024, que con esfuerzo, dedicación, determinación y pasión representaron a nuestro país con el mayor de los honores.
Su participación no solo llenó de orgullo a cada uno de nosotros, sino que también nos demostraron, una vez más, que, con voluntad y trabajo duro, los sueños se construyen para convertirlos en una realidad.
Cada pisada tuya Glenda, tuya Daniel; cada llave que hiciste “Tigra”, cada kilo que levantaste Neisi encarna lo mejor de nuestro país: valentía para enfrentar desafíos y perseverancia para superar obstáculos.
El sacrificio que han hecho en largas jornadas de entrenamiento, el madrugar entre montañas y bosques para prepararse son un reflejo de la fuerza mostrada para llegar a una cita olímpica y alcanzar el sueño que cada uno de ustedes se planteó hace 4 años: obtener una medalla olímpica.
No hay palabras para agradecerles por llevar en alto los colores de nuestra bandera. En estos tiempos en los que enfrentamos desafíos como país, nos dieron momentos de alegría al recordarnos que el verdadero límite está más allá del cielo. Muchas gracias por recordarnos la importancia de la unidad, del trabajo en equipo y del esfuerzo en conjunto.
Lo que mostraron en Francia, nos inspiran a ser mejores, a seguir luchando por nuestras metas y a nunca rendirnos.
Sepan que, más allá de las medallas, su ejemplo es lo que quedará grabado en la historia del deportiva del Ecuador, y en la memoria de cada uno de nosotros. Nos han mostrado que el verdadero valor no está solo en ganar, sino en dejarlo todo en la pista, en el tatami o en la plataforma; en la dedicación, en la pasión que demuestran en cada prueba.
Con lo hecho en los Juegos Olímpicos, se han convertido en un símbolo de lo que podemos ser capaces de alcanzar si tenemos un propósito claro. Desde lo más profundo de mi corazón, les agradezco por todo lo que hicieron, hacen y harán por construir un legado deportivo que impactará en las nuevas generaciones de atletas.
Daniel, Glenda, Lucía, Neisi continúen con la misma fuerza y convicción en sus nuevos objetivos.
¡Gracias por demostraron lo que los ecuatorianos podemos ser capaces!